“No vayas gentil en esa buena noche.
La vejez debería arder y rave al final del día;
Rabia, rabia contra la muerte de la luz.”
Vivir y sobrevivir tienen muchas diferencias, pero también tienen muchas similitudes.
Por ejemplo, ambos se componen de letras que se encuentran en el alfabeto romano. Ambos son verbos, contienen las letras i, v, n y g, y ambos implican respirar, comer, crecer, etc.
Sin embargo, son muy diferentes. Vivir tiene una L, seis letras y dos sílabas, mientras que sobrevivir tiene y S, u, yr, nueve letras y tres sílabas. La sala de estar tiene una sala común que lleva su nombre, y la otra no (“Leí un libro en la sala de sobrevivientes”. ¿Qué?).
- ¿A qué oa quién estás agradecido por la existencia del mundo?
- ¿Ha respondido la ciencia a las preguntas más fundamentales, tales como: ¿Por qué estamos aquí? ¿Cómo llegamos a ser? ¿Qué somos en realidad?
- ¿El dualismo y el ateísmo son mutuamente excluyentes?
- ¿Es el tiempo algo real o es producto de nuestra imaginación?
- ¿Todos están destinados a hacer un trabajo?
Pero vivir y sobrevivir implica cosas más allá de sus definiciones y sintaxis básicas. Sobrevivir significa negar la muerte. Significa enfocarse en mantenerse alejado del hambre, la sed, las heridas mortales y otras cosas que amenazan la vida. Significa oponerse a la muerte.
Vivir, por otro lado, se centra en lo contrario. Se enfoca en hacer cosas, en crecer y lograr. Mientras sobreviven los centros alrededor de la muerte y cómo no morir, los centros vivos alrededor de la vida y cómo abrazar la vida al máximo.
Ambos tienen el mismo resultado final. Ambos conducen a la existencia continua y, finalmente, al final de la misma, pero la calidad de nuestro viaje entre el nacimiento y la muerte está determinada por la forma en que vemos nuestra mortalidad. ¿Estamos simplemente sobreviviendo, evadiendo la muerte todo el tiempo que podamos, o estamos viviendo la vida, haciendo todo lo que podemos hacer mientras aún estamos vivos?
En mi opinión, no tiene sentido simplemente sobrevivir. Vamos a morir, entonces, ¿por qué pasar toda nuestra vida temiendo eso? Mejor vivir ahora y morir en la satisfacción de una vida plenamente vivida.
Mejor ser feliz que ya resignado a la muerte.