En el lenguaje común, una crisis existencial puede referirse a cualquiera de los siguientes:
- La repentina creencia o comprensión de que la justificación filosófica de la existencia de uno es errónea.
- La repentina creencia o comprensión de que la vida de uno es sin algún tipo de “gran propósito cósmico”.
En la práctica, (1) a menudo resulta en (2).
Supongamos que un día un sacerdote cristiano decidiera que en realidad era un ateo. Esto puede dar lugar a una crisis existencial si siente que su devoción al dios cristiano todos los años anteriores ha sido “irrelevante” o “desperdicio” o inútil. Él podría sentir algo en el sentido de: “¡Le he dado años de mi vida a un dios que ni siquiera existe! ¡Mi vida se ha desperdiciado!”
En este caso, estaría cuestionando la justificación de su existencia (es decir, la creencia de que existe “para servir a Dios” sería cuestionada). Eso es consistente con el # 1, arriba.
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Ahora supongamos que este mismo sacerdote se preguntaba cuál era el punto de existencia. Después de todo, si no hay un dios al que servir, entonces ¿por qué debería existir la humanidad? Podría caer en una profunda desesperación al enfrentarse a la posibilidad de que su vida no solo carezca de sentido, sino que a la vida de nadie le falte el sentido. Esto sería consistente con el # 2, arriba.
Este es un ejemplo extremo que he descrito para ilustrar el punto.
Más comúnmente, las personas sufren crisis existenciales cuando dedican una gran cantidad de tiempo y esfuerzo a su carrera profesional, solo para ser despedidos por su empleador. Sienten que dieron una gran parte de sí mismos, y de una manera que se habían definido por su carrera. Una vez que la carrera no se desarrolle como se espera, estas personas deben enfrentar la realidad de que deben pasar el resto de sus vidas en situaciones que no tienen nada que ver con el trabajo por el que habían dado tanto de sí mismos.
Otra forma de ver esto es notar que el trabajo proporcionó una justificación filosófica para la vida de esa persona. Una vez que se elimina el trabajo y la vida continúa, la ausencia de una justificación filosófica en la vida de esa persona inspira la necesidad de crear una nueva justificación. O eso, o una aceptación definitiva del nihilismo total , que la mayoría de las personas no pueden, por razones obvias.
Espero que eso ayude a aclarar las cosas. 🙂