No odio a la humanidad. Más bien, a menudo me decepciona.
Nos criamos como conejos, cuando una simple pastilla puede controlar la población. Entonces nos preguntamos a dónde han ido todas las zanahorias.
Vertemos gases de efecto invernadero a la atmósfera cuando tenemos la tecnología para terminar con nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Los conservadores, absurdamente, niegan el calentamiento global, mientras que los liberales, con un absurdo casi igual, se oponen a la energía nuclear, la única solución económicamente viable al calentamiento y una de las formas más seguras de generación de energía.
El modelo estándar hace predicciones de una precisión asombrosa, y la mayoría de la población cree que el universo fue creado por un primate invisible.
- ¿La metáfora desempeña el papel más importante para comprender o experimentar cosas sin experiencia para los seres humanos?
- ¿Es seguro decir que los humanos ya no están evolucionando?
- ¿Qué persona contribuyó más a la humanidad después de la muerte?
- ¿Debería el nacionalismo anular a la humanidad?
- ¿Por qué los humanos nos dan el derecho de matar, comer o usar de otra manera a seres no humanos?
Los niños mueren con vientres hinchados, y gastamos miles de millones de dólares en misiles para destruir las ciudades de los demás.
La gente se suscribe a ideologías absurdas, y una vez que la ideología se ha apoderado de ellas, el sesgo de confirmación les cuesta su ingenio.
Los políticos se suscriben a desacreditados idiotas como la economía del vudú, la eliminación de aranceles con países de bajos salarios y la desregulación de la industria de servicios financieros.
La elite es demasiado codiciosa y despistada para hacer su trabajo, y el 99% de los pasos de ganso a Trump, o votar por tontos sin principios como Mitch McConnell o trucos políticos corruptos como Hillary Clinton. Es decir, si incluso se molestan en votar.
La gente está más interesada en las noticias de entretenimiento que en leer sobre los eventos que podrían determinar el futuro de su país. Tienen el voto, pero no lo usan. Reciben sus noticias de fuentes partidistas como Fox News y viven en la versión alternativa de la realidad creada por sus manejadores.
Los conservadores no pueden ver nada malo en las acciones de su país, y los liberales no pueden ver ningún derecho, incluso ir tan lejos como para comparar a los Estados Unidos desfavorablemente con Cuba (esto es un comentario que leí esta mañana en el sitio web del New York Times, uno que fue recomendado por más de cien personas).
Odiamos a las personas por diferencias triviales como la nacionalidad, la religión, la raza, el género y la orientación sexual, y luego, al mismo tiempo, nos negamos a reconocer que algunas culturas son más avanzadas que otras, y esa capacidad no está distribuida por igual.
Todo esto me parece terriblemente triste, ya que con un poco de decencia, honestidad y sentido común, el mundo podría convertirse en un paraíso. Pero no es una razón para odiar a la humanidad, es una razón para compadecerse.