Todos hemos experimentado nuestra mente saboteando nuestras aspiraciones. Decidimos ir al gimnasio después del trabajo, pero luego, cuando es hora de ir, pensamos: es tarde, estoy cansado, tal vez me lo salte hoy. Decidimos que necesitamos apoyar más a nuestros empleados, pero luego, cuando alguien comete un error, pensamos: si no hago una gran cosa al respecto, lo hará de nuevo. Decidimos que necesitamos hablar más en las reuniones, pero luego, cuando estamos sentados en la reunión, pensamos que no estoy seguro de que lo que voy a decir realmente agregue valor.
Aquí está la clave : si quieres seguir adelante con algo, deja de pensar.
Cierra la conversación que continúa en tu cabeza antes de que comience. No tomes el cebo. Deja de discutir contigo mismo.
Tome una decisión muy específica sobre algo que quiere hacer y no la cuestione. De manera muy específica, me refiero a cosas como: trabajaré mañana a las 6 am o solo señalaré las cosas que mi empleado hace bien o diré al menos una cosa en la próxima reunión.
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Luego, cuando tu mente comience a discutir contigo, y te garantizo que lo hará, ignóralo. Eres más listo que tu mente.