A veces creo que inventé el nombre ‘Gilgamesh’ en una vida pasada, cuando estaba en una ciudad sumeria y era muy escuálido y quería impresionar a los ‘soldados’.
Los soldados no eran muy diferentes de los demás, simplemente eran más fuertes y se les daban porciones más grandes de comida.
Todo lo que hicieron fue sentarse en el ‘edificio público’ que también servía como cuartel.
Para ganar comida, tenía que demostrar que era un hechicero o idear alguna otra forma de engaño.
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Entonces, inventé el nombre Gilgamesh, que los hizo sentir fuertes, como un hechizo de fuerza. Este fue uno de los primeros conceptos de esteroides en Europa.
También inventé la historia de que había convertido a uno de ellos en un cerdo, y que él apretó “todo el camino a casa”. Sabía que esto los haría temer a la muerte sin saber que realmente los había asustado a propósito.
Aunque me recordaban como un hechicero, finalmente se enojaron y ya no pude comer.
El único legado de esa vida fue inventar la palabra ‘Gilgamesh’ (aunque no la historia) e inspirar historias sobre hechicería y transformación animal.
Todavía no estoy muy orgulloso de lo que creo que hice, pero creo que fue significativo para ese momento en la historia.
Ah, y recuerdo haber sido mandado por este tipo que era como el inventor de la escritura, para escribir en sumerio en tabletas.
Las tabletas tenían que estar preparadas, y teníamos que escribir con mucho cuidado, y la escritura ocurría muy rápidamente, como un evento mágico, todo al mismo tiempo.
En ese momento, la escritura era “lo próximo a un poder mágico”, como dijo el inventor de la escritura. Esta expresión todavía lleva cierto grado de magia.
Filosofía Prehistórica