El mundo tal como lo percibimos está construido por nuestro aparato perceptivo, que incluye nuestros órganos sensoriales y nuestro cerebro, que ha sido altamente condicionado por la experiencia para seleccionar y organizar la información sensorial de maneras específicas. Un carpintero, un ratón y una termita perciben una puerta de manera muy diferente, aunque la mayoría de la gente estaría de acuerdo en que la puerta como una “cosa en sí misma” sigue siendo la misma. Las personas ciegas han aprendido a ver colocando en su lengua un chip altamente pixelado conectado a una cámara de video. Después de una exposición repetida, se activan las conexiones neuronales en el cerebro que vinculan los impulsos eléctricos que los nervios de la lengua captan con la corteza visual para que puedan ver formas y formas básicas como otros peatones en una acera. Esto demuestra que el cerebro juega un papel muy activo en la construcción de las representaciones mentales que tenemos del mundo que nos rodea.
Algunos hilos de la filosofía india afirman que la única realidad es el campo unitario de Brahman (la totalidad, la totalidad o el Ser puro), y que el mundo que experimentamos antes de la iluminación es una imposición ilusoria sobre la realidad omnipresente de Brahman. Sin embargo, en la iluminación, el mundo no desaparece; desaparece la ilusión de que el mundo está compuesto de objetos separados, y todos los fenómenos se perciben como nada más que Brahman, como estados modificados de conciencia infinita, eterna y pura. Brahman se caracteriza como “sat-chit-ananda” (ser, conciencia y dicha) y los fenómenos se experimentan como formas de Brahman, como las olas que suben y bajan en el océano. Se cuenta una historia que ilustra el impacto de la percepción ilustrada en la vida mundana: un aldeano entra en una habitación de su casa y ve una serpiente mortal en la esquina. Sale corriendo de la casa y entra en pánico a toda la familia con miedo a la serpiente. El abuelo viene de los campos y se ofrece a investigar el problema. Entra en la habitación, mira de cerca y ve que la serpiente no es más que una soga. ¿Qué le pasa a la serpiente? Desaparece; nunca existió en primer lugar. ¿Qué sucede con el miedo y el pánico causado por la creencia de la familia en la realidad de la serpiente ilusoria? Se disuelven, reemplazados por alegría y gratitud. Entonces, cuando uno percibe la realidad tal como es: el miedo y la miseria sin fin que causa el miedo se disuelven cuando uno se da cuenta de que no hay base para el miedo en la realidad, que “todo esto no es más que Eso”.