No hay brecha entre lo que queremos y lo que logramos. Cada paso que damos es un paso hacia el logro de lo que queremos.
Pero, ¿por qué siempre sentimos que lo que alcanzamos es diferente (o lejano) de lo que queremos? Esto se debe a cómo nuestros cerebros han sido condicionados. Para el momento en que logremos lo que queremos ahora, nuestro deseo habría cambiado y no estaríamos satisfechos con él. Por ejemplo, hoy puedo querer un millón de dólares en mi banco, pero en el proceso de lograrlo, mi deseo crecería hasta los 100 millones de dólares.
Los sueños y los deseos son grandes cosas, porque nos muestran el camino a seguir. Si hubiera estado satisfecho con lograr lo que quiero ahora, no habría progreso.
Es más importante darse cuenta de que estamos en el camino correcto. La mejor manera es tener una lista de deseos / deseos. Con regularidad, debemos seguir agregando elementos que deseamos y tachando los elementos que hemos logrado. Si no hemos cruzado ningún elemento durante mucho tiempo, es una indicación de que no estamos en el camino correcto y es hora de cambiar de dirección.
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Tener una lista de este tipo también actúa como un motivador porque nos recuerda cuántas cosas hemos querido lograr.