¿Cuáles son algunos ejemplos de la vida real de la cita ‘Cazar o ser cazado’?

Cada mañana, cuando la luz del sol reclama su trono a los cielos azules, el jabalí se despierta para correr más rápido que el tigre más rápido. Él sabe que su depredador está al acecho, a la espera de saltar.

Cada mañana el tigre decide igualar al jabalí más rápido en su velocidad. Él tiene que atrapar a su presa o el hambre y la muerte reclamará este felino salvaje.

La trampa para moscas de Venus, la planta carnívora, que sobrevive silenciosamente en los humedales, desarrolla vívidamente hojas manchadas con trampas mortales y subrepticias, y un aroma embriagador para atraer a su presa. Cuando un insecto o una araña se arrastra a lo largo de las hojas, la trampa se cierra con la satisfacción de haber atrapado un insecto con valor nutricional.

La araña diseña telas pensadas, hiladas de seda, con la fuerza del acero pero con una extraordinaria elasticidad para atrapar a cientos de miles de moscas. Excava sus colmillos en el insecto y dispara veneno en él, lo que convierte sus tripas en líquido, y la araña succiona el líquido .

Muchos insectos son camuflados, su defensa natural contra los depredadores. Se alimentan de hojas jugosas, raíces, néctar o maderas. Las mantis religiosas son depredadores caníbales que cazan otras criaturas pequeñas. Las pulgas y los piojos son parásitos, que sobreviven en la carne y la sangre de animales más grandes y les ofrecen una muerte extremadamente lenta.

El juego es simple. Antiguo. Justa.

Depredador y la presa.

Cazador y el cazado.

Ley de supervivencia.