En mi opinión, todas las Escrituras son un intento de poner en palabras y justificar como los mandamientos de los dioses, la moralidad inherente que todos hemos construido.
Creo que, con la excepción de un pequeño número de psicópatas, el hombre es un animal inherentemente moral. Él tiene un impulso incorporado para ser parte de una comunidad, para cumplir con las leyes de esa comunidad y para contribuir a la prosperidad de esa comunidad.
Pero hay problemas con eso. ¿Quién está en la comunidad? ¿Cuáles son las leyes de la comunidad, y quién lo dice? Además de apoyar a la comunidad, el hombre también es egoísta y quiere apoyarse a sí mismo y, de hecho, hacer que la comunidad lo apoye. A pesar de que todos estamos de acuerdo con los principios, es bueno tenerlos escritos y acordados, para que los bastardos se comporten tan bien como yo (y quizás, un poco más).
Así que creo que es fundamental para cualquier escritura exitosa que las reglas morales que proponga (después de la debida interpretación) se ajusten a la moralidad central de la humanidad. Lo que ciertamente es cierto de la Biblia. Al igual que la rueda reinventada, la moralidad reinventada siempre tiende a salir más o menos de la misma forma.
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