Mucho
Una vez que estaba discutiendo algo con un primo mío y de repente me detuve, miré por la ventana de la habitación, con la voz más fuerte que dije, si no hago algo por mi país y mi religión antes de morir, parecería que no hay vida. La vida por haber vivido.
Tenía 18 años o menos entonces, todavía puedo sentir el mismo impulso.
Quiero hacer sonreír a la cara de mi madre antes de morir.
- ¿Promueve el Corán la abnegación por una buena vida futura?
- ¿Cuál es la diferencia entre fe y deseo?
- ¿Las matemáticas son hechas por el hombre?
- Cómo creer en ti mismo aunque tu cuerpo te haya fallado muchas veces antes
- Si no puede dar ninguna razón para creer que el solipsismo es falso, ¿está bien seguir creyendo que hay un mundo fuera de su mente?
Quiero que mi papá se ponga de pie antes de que yo muera.
Quiero asegurarme de que por lo menos he enseñado a una persona, no a mirar a las personas que te admiran
Estas pueden parecer contribuciones para mí, pero créanme, estas contribuciones al mundo. Mi mundo.
Y para un mundo mejor y más grande, que todos comparten, nunca he podido planear nada bueno. Acabo de vivir el momento de aportar lo que sea necesario, no todo lo que pueda. Y sigo tratando de inspirar a mis alumnos a hacer lo mismo.
Cuando veo a la doncella de la escuela levantando basura, no tengo en cuenta cuántos estudiantes están viendo ni a dónde va la conferencia, me detengo, voy a ella y la ayudo. Ella me detiene, los niños me detienen, pero les digo a todos que esta señora es mayor que yo. Si no puedo mostrarle respeto a ella, el respeto que extiendo a mis alumnos para que muestre, no tengo derecho a pararme aquí.
Cuando estoy caminando o montando bicicleta en la carretera, y veo comida esparcida en la carretera, me muevo hacia abajo y levanto cada pieza para ponerla a un lado porque respeto la comida. Estoy agradecido a Dios por ello. La gente se detiene y me mira. Algunos muchachos a veces se ríen de mí. Porque generalmente cuando hago eso, estoy vestida formalmente para algo.
Pero a veces, alguien se me acerca, sonríe y empieza a echarme una mano. Y empiezo a esperar que él o ella haga esto aunque no esté cerca. Y la cadena continúa.
He visto a muchos estudiantes que han cambiado completamente sus actitudes hacia la comida, las plantas, los ancianos, los padres y los maestros, no por lo que digo sino por lo que me ven haciendo.
Y quiero seguir haciendo eso hasta mi último aliento.
Que Dios me guíe a la bondad que quisiera en mí.