Siento que tengo mucha mala suerte y las cosas nunca me salen bien, ¿cómo puedo cambiar esto?

No muchas personas se hacen responsables de todos sus sentimientos y comportamientos. ¿Alguna vez te has preguntado cómo sería tu vida si dejas de culpar a los demás por lo que sientes y lo que te sucede?

¿Cómo sería tu vida si decidieras que tu vida es tuya y pudieras crearla conscientemente como quisieras?

Los estudios realizados por científicos sociales y psicólogos han demostrado que los sistemas de creencias de los individuos tienen un profundo efecto en la salud, la mente y el éxito. Los pacientes con cáncer que creen que pueden sanar sus cuerpos tienen muchas más probabilidades de ir a la remisión, los estudiantes que creen que pueden salir bien en la escuela lo harán bien y las personas que creen que pueden tener éxito en los negocios tendrán éxito. En otras palabras, “pueden porque piensan que pueden”.

Las creencias son suposiciones, prejuicios, juicios, ideas, opiniones y actitudes a través de las cuales se filtra todo lo que experimentamos. Las creencias no son hechos, solo opiniones con expectativas adjuntas. Estos principios (que son principios, creencias o doctrinas que generalmente se consideran verdaderos) son la forma en que estructuramos nuestra comprensión de la realidad. Son la base de nuestra interpretación, comprensión o análisis de cualquier situación o evento dado. La mayoría de las creencias se heredan de los padres, los medios de comunicación, la educación, la religión organizada, la ciencia y otras estructuras institucionales importantes.

Un sistema de creencias proporciona un conjunto central de valores en el que basamos todo lo que sentimos, interpretamos, sentimos, decimos o hacemos. Este sistema define un “conjunto de reglas” mediante el cual procesamos y almacenamos información a medida que llega a través de nuestras mentes conscientes. Muchas de nuestras creencias centrales están fuera de nuestra conciencia, ya que damos por sentado que “así soy yo” o “esta es la realidad” cuando queremos justificar nuestras creencias o nuestras acciones. El estrés es un buen ejemplo de este proceso en el que nosotros, como individuos, tenemos un papel activo en la configuración de la respuesta al estrés.

Una de las creencias dominantes en nuestra sociedad es la noción de que somos víctimas. Las víctimas se sienten impotentes, sin esperanza e impotentes. Lo que decimos es “pobre de mí” y “no es horrible”. Ejemplos de este síndrome se manifiestan en los pronósticos de ‘pesimismo’ ejemplificados en el ámbito político, el modelo médico, la religión organizada, etc. Llegamos a creer que estamos indefensos para determinar qué es lo mejor para nosotros y miramos a los demás para decirnos qué es lo mejor para nosotros.

Toco este tema con más detalle en mi canal de YouTube que se puede ver a continuación.

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Esta noción de “impotencia” nos permite jugar el juego de la autocompasión (pobre de mí) y luego podemos abdicar de la responsabilidad de vivir nuestras vidas de una manera que nos resulte satisfactoria. Podemos culpar a otros y usar continuamente excusas para no hacernos cargo de nuestro propio destino. Fredrick Mann escribió: “Poder de elección: la habilidad humana más poderosa”. En otras palabras, depende de usted: ¿Qué quiere ser, una Víctima o un Creador? Las víctimas se definen como personas a las que se les hacen cosas; Los creadores son personas que hacen que las cosas sucedan. Las víctimas creen que “la vida les sucede”. Los creadores creen que “son responsables de crear sus vidas”.

Pasos prácticos para pasar de ser una víctima a ser un creador

1. Deja de culpar a los demás por lo que sientes. Siempre es su elección cómo interpretar los eventos en su vida.

2. Use afirmaciones como “Merezco lo mejor que la vida tiene para ofrecer”.

3. Cree 5 afirmaciones positivas de 5 de sus patrones de pensamiento negativos. Reserve un tiempo cada día (preferiblemente en la mañana) para repetir estas afirmaciones 20 veces. Asegúrese de que estos pensamientos no sean reemplazados por patrones de pensamientos negativos durante el resto del día.

4. Visualiza lo que quieres. Los pasos para una visualización exitosa son: a) percibirse a sí mismo logrando lo que desea, b) creer que puede lograr sus sueños, c) abrirse a todas las bendiciones que ofrece la vida yd) celebrar sus éxitos.

5. Practica una “actitud de gratitud”. Da las gracias por todas las bendiciones que recibes durante el día.

6. Comience un diario de gratitud. Antes de ir a dormir cada noche, escriba en su diario o bloc de notas 5 cosas por las que está agradecido cada día.

7. Comience un diario de alegría. Haz una lista de las cosas que te hacen sentir feliz. Cuando tengas un “mal” día, vuelve a tu alegría

diario para reenfocarse en los momentos maravillosos de tu vida.

8. Controle conscientemente sus pensamientos cambiándolos de los basados ​​en el miedo a los basados ​​en la alegría. Recuerde: lo universal

Ley de aumento, cualquier cosa en la que concentre su energía se expande.

9. Párate frente a un espejo, o cada vez que te veas reflejado en una ventana de vidrio plano, dite a ti mismo: “Soy digno”.

10. Cree en ti mismo. La autoestima es la base de la alta autoestima.

No olvide que todos somos un trabajo en progreso, a veces la forma en que pensamos no ayuda a nuestro crecimiento. Sin duda la calidad si nuestros pensamientos dictan la calidad de nuestras vidas.

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