David Bulmer-Rizzi estaba en su luna de miel en Australia cuando se cayó por las escaleras de la casa donde se encontraban y sucumbió a sus lesiones en la cabeza después de haber sido colocado en un coma inducido. Lo suficientemente horrible, ¿no?
Estaba en su luna de miel con su esposo, y murió en Adelaide, en el sur de Australia. Australia no tiene igualdad de matrimonio, y Australia del Sur no reconoce legalmente los matrimonios de parejas extranjeras del mismo género.
Su esposo Marco tuvo que escribir en el certificado de defunción que David “nunca se casó”, porque su matrimonio no fue reconocido como legal en el sur de Australia a pesar de que está en otros estados. No podía ser reconocido como el pariente más cercano de David y todos los arreglos debían ser realizados por el padre de David en el Reino Unido. Después de todo esto, todavía decidió que David hubiera querido que sus órganos fueran donados a los australianos que necesitan trasplantes.
A Marco finalmente se le permitió volar a casa con las cenizas de su marido, de regreso al Reino Unido.
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“Todo lo que quería era poder viajar con las cenizas de David sobre mí para que no tuviera que viajar solo”.
Pero las cenizas fueron confiscadas por funcionarios del aeropuerto de Hong Kong que dijeron que no se le permitió transportar los restos de su marido porque no era pariente más cercano y que, en su lugar, tendrían que ser enviados por correo al padre de David.
Todo lo que quería era que el certificado de defunción de su esposo reconociera su matrimonio y viajara a casa con las cenizas para esparcirse. En cambio, fue objeto de discriminación, odio y rechazo solo días después de su muerte en su luna de miel. No puedo pensar en muchas cosas más horribles que eso.