El alma se llama tatastha-shakti, la potencia intermedia de Dios. Es la misma alma en todas las entidades vivientes.
Un alma es una partícula atómica de la eternidad, el conocimiento y la dicha. Por eso se puede observar que todas las entidades vivientes gravitan hacia el conocimiento y la felicidad de la eternidad.
Es raro que un alma reciba un cuerpo humano. La forma de vida humana es una oportunidad única para que el alma reviva su relación perdida con Dios. En las especies inferiores, el alma está interesada solo en comer, dormir, aparearse y defenderse, pero en la forma de vida humana el alma posee suficiente inteligencia para conocer a Dios.
“Hay 900,000 especies de vida acuática; 2,000,000 de plantas y árboles; 1,100,000 de insectos; 1,000,000 de especies de aves; 3,000,000 de bestias y 400,000 especies de vida humana”. (Padma Purana)
El Señor Brahma dice:
Uno alcanza la forma humana de vida después de transmigrar a través de 8,400,000 especies por el proceso de evolución gradual. Esa vida humana se echa a perder para aquellos tontos engreídos que no se refugian en los pies de loto de Govinda.
–Brahma-vaivarta Purana
El rey Pariksit dice:
En este mundo material hay tantas entidades vivientes como átomos. Entre estas entidades vivientes, muy pocas son seres humanos, y entre ellas, pocas están interesadas en seguir los principios religiosos.
Oh, el mejor de los brahmanas, Sukadeva Gosvami, de muchas personas que siguen principios religiosos, solo unos pocos desean la liberación del mundo material. Entre muchos miles que desean la liberación, uno puede lograr la liberación, renunciando al apego material a la sociedad, la amistad, el amor, el país, el hogar, la esposa y los hijos. Y entre muchos miles de tales personas liberadas, uno que puede entender el verdadero significado de la liberación es muy raro.
Oh gran sabio, entre muchos millones que están liberados y perfectos en el conocimiento de la liberación, uno puede ser un devoto del Señor Narayana, o Krishna. Tales devotos, que son completamente pacíficos, son extremadamente raros.
—Srimad Bhagavatam 6.14.3-5