La religiosidad y la formación del carácter son dos líneas paralelas entre sí. Cada uno de ellos puede no influir en el otro, incluso si lo hacen es muy trivial.
Es cierto que se construyen más templos, más personas los visitan. Pero, ¿les ha ayudado a convertirse en ‘MEJORES HUMANOS’? Esa es la pregunta que debe hacerse.
La humanidad, ahora debe comenzar a ver cómo ser mejores humanos que a ser más religiosos.
La religión ha ayudado a la humanidad en el pasado al proporcionarles una meta y un propósito para la vida y más. Con el paso del tiempo, actualmente es más un acto sin propósito. Yo lo llamo fe ciega.
La oración y el amor son las fuerzas más poderosas del mundo. Cierto. Pero si lo usamos de manera tan egoísta, ¿dónde está nuestro carácter para ayudar a la sociedad?
Cuando empezamos a compartir y preocuparnos, solo así podemos ver más allá de nosotros mismos y pensar en convertirnos en mejores humanos.
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El aumento de personas que son religiosas no es lo que debemos mirar.
Necesitamos hombres y mujeres con mejor carácter. Una mente mejor regulada y un proceso de pensamiento para pensar con madurez.