Llegué a la edad adulta sin una comprensión decente de mis emociones. Fue una revelación que hay un tejido emocional en nuestras vidas. Fue una revelación cuando observé que cuando las personas se mudan de casa, sufren varios síntomas: estrés, sueños extraños, etc.
Para alguien que está desconectado emocionalmente, este tipo de realización intelectual puede ser el agujero a través del cual se puede descubrir mucho, incluido el sentimiento de amor.
Algún tiempo después de la realización del “tejido emocional”, me estaba quedando con un amigo en quien había confiado. Una noche llegué “a casa” tarde y él me había dejado una comida en el microondas. De repente, de pie con la puerta del microondas abierta, considerando que este hombre había preparado esta comida para mí sin ninguna agenda, sentí amor, como adulto. Se hizo eco de mi tía haciendo un sándwich para mí cuando era niño. O comidas familiares tal vez.
Es profundo conectarse con las emociones y difícil de forzar en cualquier horario. Estas experiencias abarcaron años, pero fueron clave para el resto de mi vida.
Apéndice
Por otro lado, el hombre que preparó la comida era un tipo de aspecto aterrador con tatuajes en la cárcel que rodó sus propios cigarrillos White Ox a quienes elegí como mi primer patrocinador en un programa de recuperación de doce pasos. Lo elegí porque era la segunda persona con la que hablé fuera de mi primera reunión, actuó como si supiera exactamente lo que debería hacer y pensé que estaría demasiado asustado para mentirle. Y yo estaba.
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Después de unos años recayó y perdimos contacto. Luego escuché que había muerto y, tras una investigación más exhaustiva, supe que su “amigo” lo había golpeado brutalmente hasta la muerte después de que discutieran sobre algunas drogas faltantes. (El informe de la policía dijo que literalmente había sangre en el techo y las paredes).
Hice un gran esfuerzo para contactar a su hija y asegurarle que, como ella, sabía cómo era realmente Joe, cuando no estaba bajo el control de la adicción. Que, al menos, había cambiado mi vida para mejor. Que era un gran hombre y lamentaba mucho su pérdida, y la mía.
Es un testimonio más del poder de la enfermedad de la adicción, que los dos hijos de Joe se suicidaron. No tomo mi recuperación o mi vida hoy por sentado.