Es el equilibrio entre la energía que entra del sol y la energía que se irradia de regreso al espacio lo que determina la temperatura de la tierra. Ambos números son grandes. Una pequeña diferencia entre estos dos números grandes puede tener un efecto significativo en la temperatura. Y un pequeño cambio de temperatura puede tener un gran efecto en la vida.
Agregar a la concentración atmosférica de CO2 disminuye la energía que se irradia hacia el espacio. Esto calienta la tierra. La tierra más caliente emite más. Se establece un nuevo equilibrio, pero a una temperatura ligeramente más alta. La buena noticia es que nuestras emisiones de CO2 solo han aumentado la temperatura de la tierra en aproximadamente 1 grado Kelvin. La temperatura ambiente es de 300 K. Entonces, aproximadamente una parte en 300. La mala noticia es que nuestras emisiones de CO2 siguen aumentando. La buena noticia es que el futuro no es determinista. Podemos cambiar las fuentes de energía que utilizamos y el CO2 que producimos. Incluso podemos, a un costo considerable, capturar CO2 entre la llama y la atmósfera.
“Si aún no me ha hecho daño, entonces nunca me puede hacer daño”, es una falacia lógica.
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