Cuando te desenrollas para practicar, probablemente reconoces que algo está cambiando. Y, después de unos pocos (cientos) Vinyasas, ¡incluso podrías notar que estos cambios son profundos y necesarios! Pero, ¿qué sucede realmente mientras fluyes? ¿Qué te enseña el yoga?
Gran video: Yoga Burn Challenge
Yoga sin conciencia de la respiración no es yoga. Es así de simple. Le digo a mis clases todo el tiempo, si solo quieres menear, ¡prueba Zumba! El punto es que la práctica requiere nuestra atención plena. Una forma de aprovechar esta atención es la respiración. Y, cuando practicamos la respiración consciente o pranayama, estamos dotados de una línea directa a nuestra capacidad de afectar positivamente nuestra energía y nuestro estado de ánimo.
Recuerda la vez que te dijiste que no porque estabas demasiado débil, o sin experiencia, o _______. ¡He estado allí! Y, el yoga me ha ayudado a salir de la trampa llamada: no es lo suficientemente bueno. Esta es una ENORME razón por la que practico. La práctica me enseña que no estoy decidido. No hacemos parada de manos en posición de parada de manos: nos ponemos de pie para romper los límites que nos dijeron lo contrario. Esté dispuesto a ser más de lo que decidió. Entonces, ¡mira cómo tu vida se vuelve ilimitada!
- ¿Cuál es la mejor lección que aprendiste de un extraño?
- Estoy en mis últimos 20 años y quiero aprender y hacerlo todo. Hasta ahora, no he hecho nada de eso. ¿Cómo elijo un camino?
- ¿Cuáles son las cosas que se hacen mejor solo una vez?
- ¡Tomé una decisión importante de la vida demasiado rápido y ahora me arrepiento! ¿Qué puedo hacer para seguir adelante?
- ¿Cómo debo lidiar con el hecho de que, en circunstancias normales, podría no haber cometido un solo error en mi vida y en absoluto debido a mis propias elecciones?
Inhala, ¿qué voy a cenar ?, exhala, ¿de dónde sacó ella esa parte superior? ¿Tu mente hace esto también? La práctica del yoga tiene una manera de mostrarnos rápidamente la naturaleza fugaz de nuestra atención. Esta es una lección importante! Cuanto más podamos reconocer cómo se mueve nuestra mente todo el tiempo, menos podremos sentirnos desviados por su astucia. Y, con la práctica, incluso podemos aprender a redirigir nuestra mente a casa.