Hoy.
Sí. Hoy es el “lugar” más pacífico (en sentido figurado) en el que probablemente podrías vivir, sin importar de qué época hablemos.
Hay personas que viven en el futuro (mañana), que hacen hincapié en cosas que aún no han sucedido o que nunca sucederán. Las mentes de estas personas están compitiendo con preocupación y ansiedad. Claro que no lo llamaríamos “paz”, ¿verdad? Además, ser feliz por algo que no ha sucedido todavía no tiene sentido. Construir castillos en el aire no te va a ayudar a conseguir la paz.
Luego hay personas que viven en el pasado (ayer). Están llorando por la leche derramada, lamentando los eventos que se hacen y espolvorean. Tienen dificultades para seguir adelante, y sus mentes no pueden dejar de reproducir algo terrible que se ha ido hace mucho tiempo. Algunos continúan orgullosos de sus logros pasados. Piensan que lograr una cosa en particular les ha dado todo lo que podrían tener en la vida y dejar de tratar de mejorar sus vidas.
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Lo que ha pasado, tuvo que pasar. Debe haberte dado una lección o haberte proporcionado una alegría infinita. Lo que sucederá, sucederá, sin importar cuánto se preocupe o estrese al respecto. Entonces, lo mejor que puedes hacer es vivir en el presente (hoy) y aprovechar al máximo las oportunidades que tienes a la mano. Mira dónde estás ahora. Sé feliz por las cosas que están sucediendo. Intente reparar los puentes que se pueden arreglar en este momento, no aquellos cuyo tiempo haya pasado o esté por venir. De esa manera, puedes acercarte lo más que puedas para completar la paz.
No sirve de nada llorar sobre la leche derramada.
Un pájaro en mano vale más que dos en el monte.