Si tienes suerte, tu sensibilidad te hace un buen juez de carácter.
Básicamente, identificas fácilmente a cualquiera que te moleste … por ser agresivo, dominante, abusivo, deshonesto. Y puedes llegar a ser bueno evitando a tales personas. Quédate con las personas que son “buenas” y les gusta elevar a quienes las rodean.
No siempre es posible hacer esto en el trabajo. Pero en tu vida privada puedes controlarlo.
Muchas personas que tienen una piel más gruesa pueden encontrar que toleran a personas groseras o desagradables porque las encuentran graciosas o piensan que pueden unirse o que obtendrán algo más. Pero eso también resulta contraproducente. Ellos alienarán a la gente. Quedarse atascado en las luchas internas. Tendrán una perspectiva más estrecha porque las personas odiosas a menudo son poco imaginativas. Y aquellos que están con ellos copiarán sus prejuicios y se excluirán de una experiencia más amplia.
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Tú, en cambio, serás un conocedor de la humanidad. Capaz de identificarse y asociarse con las personas más creativas, interesantes, positivas y generosas que existen. Cultiva tu amistad con esas personas y la pertenencia a sus círculos. Juntos prosperarán.