Creo que se puede argumentar que si las necesidades son extremadamente urgentes. Sin embargo, la destrucción de un ecosistema o especie para obtener una ventaja inmediata puede significar una desventaja importante para el ser humano en el futuro.
Un ejemplo clásico es el taxol. Es un tratamiento efectivo para algunos cánceres de mama. En el momento en que se descubrió, creíamos que solo el tejo producía esta droga milagrosa. Hubo un acalorado debate sobre si cosechar todos los tejos existentes y tratar a todas las personas con ese cáncer o si dejar que los pacientes existentes se queden sin tratamiento para que podamos estudiar el compuesto. Por suerte nos ahorramos en gran medida esta elección imposible cuando los investigadores encontraron que un hongo que se cosecha fácilmente en el árbol también produce el compuesto. Por supuesto, si hubiéramos actuado precipitadamente, habríamos destruido los árboles y nunca habríamos identificado el hongo. Habríamos sido culpables de sacrificar la vida de futuros pacientes en favor del paciente actual, algo inhumano por hacer.