En los últimos diez años mi percepción de todo ha cambiado. Solía creer que los eventos ocurrían al azar y, si no era cuidadoso y responsable, perdería las oportunidades. Yo era el que tenía el control y todos mis pensamientos eran míos. El libre albedrío era indiscutible. El mundo es lo que veo, oigo y siento. Nadie podía saber mis pensamientos. La vida era un camino aleatorio sin una dirección ni un propósito establecidos. La muerte llega accidentalmente. En cuanto a los ángeles, vidas pasadas, almas, no tenía ni idea, pero probablemente no lo pensé. Dios, creí, pero pensé que estaba demasiado ocupado para molestarse conmigo.
Eso fue hace diez años. Mi percepción ahora es la otra cara de lo anterior. Comencé a escuchar a los ángeles, a las almas ya Dios. Mi conocimiento espiritual fue revolucionado. El libre albedrío es una ilusión. La vida está 100% destinada por Dios. Toda la vida es una separación ilusoria de Dios. Dios es nuestro nombre personalizado para la conciencia. La conciencia es el controlador, el creador, el hacedor de la vida. Somos conciencia individual observando conciencia en acción. Dios realiza, nosotros observamos. La vida es una realidad virtual. Nada es aleatorio y todo lo que sucede tiene un gran propósito. Mis pensamientos no son míos. Llegan a mi cabeza preordenadas para que yo las experimente. No podemos cambiar nuestro destino. Esta organizado. Todos estamos montando la misma ola y la energía que mueve la ola es el amor. Nadie es mejor o peor que nadie. Todas las acciones y pensamientos vienen de Dios. No somos culpables de nada ya que nada sucede porque lo queremos. Dios no está en una nube lejana sino dentro de cada uno de nosotros. Nuestras almas viven para siempre. La muerte es un fenómeno físico destinado en un momento preciso. No podemos morir accidentalmente. Nosotros no controlamos nada. Puesto que Dios dirige el espectáculo, en todos los lugares donde se mire hay Dios en la actuación. La conciencia consciente del destino nos conecta con Dios. Se desarrolla una nueva comprensión e intimidad. El miedo y el arrepentimiento salen por la ventana. El propósito de la vida no es ser mejor, más rico, más inteligente, más compasivo porque eso ya está escrito en tu desempeño. Se trata de experimentar y aprender nuevas conciencias en la conciencia. Todos hemos sido formados a partir de esta conciencia y todos somos conciencia observándonos a nosotros mismos realizar. La vida es una gran actuación.