La observación más perspicaz que podrías hacer sobre nosotros es que tenemos necesidades relativamente simples pero opiniones extraordinariamente complicadas.
Los INTP no necesitan mucho. Solo una computadora o biblioteca, más un lugar aislado para reflexionar.
Eventualmente necesitaremos un poco de sustento. Somos humanos después de todo.
En contraste, podríamos pasar horas explicando una sola idea, y aun así sentir que no lo hemos transmitido adecuadamente, ya que eso significaría explicar todas nuestras otras ideas hasta que hayamos expuesto toda nuestra teoría de todo. ¡Todo está conectado y entrelazado, como debería ser!
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Además, nuestro punto de vista es tan extenso que todos los puntos que hacemos requieren varios descargos de responsabilidad y un completo catálogo de notas al pie.
Sin embargo, un análisis más incisivo de la psicología del INTP señalaría nuestras tendencias de autoengaño.
Estamos tan seguros de que las respuestas a las preguntas más importantes de la vida están fuera de nuestro alcance, como si todo lo que necesitábamos fuera un poco más de _________ (inserte la racionalización aquí [por ejemplo, inteligencia, tecnología, investigación, tiempo]).
Así es como justificamos descuidar todo excepto nuestros retoques obsesivos.
Como los humanos son todos iguales en el fondo, ahí es donde muchos INTP llevan a cabo su investigación, muy dentro de nosotros mismos.
Nuestro proceso es como tratar de resolver un Cubo de Rubik, donde cada cuadrado representa un concepto original y cada color representa un dominio general, pero ninguno de los términos está bien definido. Los factores, variables, patrones y criterios cambian constantemente, se transforman.
[Crédito de la imagen: Cally Johnson-Isaacs]
Estamos convencidos de que si modificamos la cosa (nuestro proceso) de manera correcta, seguimos haciendo malabares con las ideas, todo quedará perfectamente en su lugar.
En algún nivel, sospechamos que nuestras circunvoluciones abstractas tienen poca o ninguna relación con la realidad concreta, pero no podemos detenernos. No es una mera pasión; Es nuestro mundo entero.
¿Estamos auto involucrados? En muchos niveles, sí, pero no somos egocéntricos. Nos vemos a nosotros mismos como solo un ejemplo de un ser humano convenientemente situado, un sujeto de prueba dispuesto a no tener que pagar o ponerle la mantequilla.