La similitud es la vida, la diferencia es la forma.
Compararse con una mosca exige un profundo sentido de modestia.
La modestia se desarrolla con la lectura del libro de la vida que se descubre en nosotros mismos más tarde en los años (normalmente después de los 50).
Pero en serio, para entender la diferencia entre una mosca y un humano o incluso para comparar los dos, se requiere una comprensión de la vida.
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Somos más fáciles de comparar con monos u otros animales superiores, rara vez nos comparamos con un simple y molesto insecto como una mosca, pero en cierto punto como prueba de madurez debemos hacerlo.
La versatilidad de nuestro cuerpo y el aprendizaje de hablar y escribir, nos ha dado un sentido de superioridad que a menudo nos hace compararnos con el Creador.
Es un falso sentido de superioridad porque hemos olvidado el nombre del juego: ¡la vida!
Una mosca tiene una inteligencia comparable a la nuestra, puede provocarte, burlarse de ti y (creo) incluso reírte de ti, mientras arriesga su propia vida.
Personalmente, considero la inteligencia como una fuerza de la naturaleza, no como algo especial, incluso si se da en diferentes cantidades entre humanos y animales.
Para concluir mi comparación de manera inteligente, necesito responder una pregunta: ¿nuestra forma está determinada por nuestra vida o nuestra vida (lo que hace que en la concepción) esté determinada por nuestra forma futura? Todavía no conozco la respuesta, así que por favor dígame si sabe o espere mi conclusión hasta que la encuentre.
Michel Di Sclafani