¿Cómo te prepararías mentalmente y en general si de repente te dieran la inmortalidad?

Bien. Siento que si eso sucediera, prácticamente tiraría la mayor parte de mi moral. Como no tener relaciones sexuales antes del matrimonio, o incluso creer que las personas pueden cambiar a pesar de las dificultades.

Solo tendría que aceptar eso, tengo que encontrar algo que hacer, ya sea ser un tutor de la gente o convertirme en un villano. Pero para encontrar un propósito eterno para alimentar mi existencia.

Te aburrirías sin uno.

Personalmente para mí, sin embargo, trataría de convertirme en el primer “batman como vigilante” del mundo.

No puedo morir, puedo sangrar, pero me convertiría en una leyenda sobre muchas cosas. Podría derribar organizaciones de guerra en el Medio Oriente como ISIS.

Podría ser la guerra contra todo el crimen organizado si fuera inmortal. Podría ser una persona que camina a través de edificios en llamas para salvar a la gente.

En esencia, siempre trataría de equilibrar el bien y el mal dentro de mí. Esperemos que el ser bueno en mí constantemente tome la oscuridad.

A2A.

Somos espíritus inmortales que tienen una experiencia humana y nos creemos mortales. Me gusta llamarlo teatro cósmico. Quienes somos realmente fortalece nuestra existencia. Pero experimentamos lo que es con la mente humana como un instrumento de percepción. Hay cosas específicas que estamos aquí para obtener de esto. La Tierra es como una escuela, cuando este cuerpo físico ha cumplido su propósito, nada cambia con respecto a quienes somos, excepto que ya no estamos limitados por la densa frecuencia de nuestros cuerpos físicos. Recordamos quiénes somos y estamos más vivos que nunca. En esencia, NO hay muerte. Todo lo que existe es energía. La energía no puede morir. Se transforma.

Ya nos estamos preparando para ser dotados con el recuerdo de esta verdad en cada experiencia que tenemos. No hay marcha atrás. Vivimos en una creación expansiva. Nuestros pies están siempre en el camino de nuestra alegría inherente, nuestro magnífico poder de amar. Esa es nuestra herencia divina.

Nuestras vidas de experiencias humanas nos despiertan a cada uno de nosotros de soñar que somos el ego humano con sus limitaciones. Nos despertamos dentro del sueño, en el recuerdo de nuestra verdad inmortal y auténtica. ¡Qué viaje es creer que somos criaturas tan limitadas! Debemos amar a estos cuerpos y mentes y estar agradecidos por lo que nos están permitiendo experimentar. Ninguna experiencia nos define. Somos inmortales.