La gente subestima el resultado del descubrimiento del espacio. Te daré un ejemplo.
Debido a la naturaleza dura del espacio, todo lo que sale debe ser probado y construido cuidadosamente, por lo que en muchos casos se crean nuevos materiales específicamente para este propósito. Las nuevas telas hacen los trajes espaciales, pero esas telas una vez creadas se pueden usar en la tierra, como es el caso de la colaboración de la NASA con los servicios de incendios forestales para crear mejores trajes para los bomberos.
Pero existen muchas otras tecnologías derivadas de uso común en la actualidad que tienen sus orígenes en las tecnologías de exploración espacial. El aspirador inalámbrico portátil DustBuster puede rastrear sus orígenes hasta la misión Apollo. En 1938, Nestlé desarrolló la técnica de liofilización para conservar los alimentos en el espacio. Es de uso comercial en la actualidad.
Otras tecnologías periféricas desarrolladas para probar naves espaciales como túneles de viento y análisis de flujo de fluidos produjeron el traje LZR Racer de Speedo que redujo la fricción cuerpo / agua en un 24%. En marzo de 2008, los atletas que llevaban el traje LZR Racer rompieron 13 récords mundiales de natación.
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Los sensores de imagen digital desarrollados por la NASA para reducir el tamaño de las cámaras son los precursores de la GoPro y las cámaras en los teléfonos móviles.
Muchas más tecnologías y software desarrollados para la exploración espacial han encontrado uso en nuestra vida diaria. No tendríamos estas tecnologías si no se hubieran creado con el propósito de explorar el espacio. Ese es un beneficio directo que vemos hoy al enviar personas al espacio.
Nada sucede de la noche a la mañana. Un día podremos colonizar Marte y quién sabe, otros sistemas solares. Pero para llegar hay que dar pequeños pasos. No podemos esperar para resolver todos los problemas en la tierra para luego explorar el espacio porque, como sabemos, la sociedad es una estructura en constante cambio con nuevos problemas que surgen cada día. Si esperamos, nunca iremos.
Cuando los europeos decidieron navegar a América, no pudieron imaginar qué aspecto tendría el mundo en 500 años. Cuando los soviets lanzaron el Sputnik en 1957, no pudieron prever que hoy tendríamos la Estación Espacial Internacional en órbita terrestre. Llevó más de medio siglo lograr que las naciones de este mundo trabajen juntas para construir un hogar en el cielo. Desde esa estación, estamos aprendiendo más sobre nuestro propio planeta y descubriendo formas de minimizar nuestro impacto ambiental.
Si hay algo de lo que deberíamos sentirnos orgullosos como humanos es que siempre estamos empujando nuestros límites hacia la próxima frontera. Cuando eso sucede, regresamos con más y más conocimiento que luego podemos aplicar a nuestros esfuerzos diarios. Cuando miramos las estrellas ganamos. Cada vez.
