Para empezar, un reemplazo perfectamente bueno es su propia humanidad esencial. Debería proporcionarle automáticamente una moral inherente, una amplia conciencia social, además de apreciar y maravillarse con el universo real y cómo evolucionó toda la vida.
Si quieres algo más formal, merece la pena echarle un vistazo al humanismo secular. Generalmente estoy de acuerdo con sus principios, pero tiene otra función útil. Si un teísta alguna vez me pregunta mi religión, simplemente digo “Humanista secular”, que evita la temida palabra “ateo” (que ni siquiera es una religión). Tienden a sentir curiosidad por saber qué es, y están algo seguros de que al menos tengo una base para mi moralidad.
Una opción más filosófica podría ser el nihilismo existencial. Como filosofía, lo encuentro un poco vacío, aunque tiene sus usos. Si estoy hablando con alguien en una fiesta que es bastante aburrido y me preguntan sobre mi religión, responder “nihilista existencial” generalmente se deshace de ellos rápidamente. También es útil cuando los testigos de Jehová aparecen en la puerta de mi casa.
Después de un tiempo sin religión, te darás cuenta de que realmente no necesitas un reemplazo. Desarrollará sus propias respuestas a preguntas existenciales o se sentirá satisfecho con: “No sé”. Aprenderá que la moralidad es un tema mucho más complejo y matizado que cualquier dogma religioso. Y disfrutará de las recompensas de una visión del mundo completamente abierta, gratuita y flexible.