En muchos sentidos, la religión es una herramienta. Como un martillo, puede usarse como una fuerza para bien o para mal. La religión ha sido una fuerza para mucho bien social, y como una razón para cometer violencia extrema. Es importante ser racional y tener una mente práctica cuando se habla de religión, y tal vez tratarla por separado del concepto de fe. La religión es una guía o interpretación de la fe, no un reemplazo para ella. Los rituales contenidos en cualquier religión (y cada religión tiene rituales) están diseñados para reforzar el dogma y la doctrina de esa fe. Esto puede ser una gran fuente de consuelo para muchas personas. Sin embargo, también puede ser problemático si uno ya no cree en esa interpretación particular de la fe. Puede dejar a alguien sintiéndose vacío y sin esperanza.
La religión no va a desaparecer pronto, y con la gran cantidad de religión que existe, recomendaría que consideremos la actitud romana hacia la religión: practique lo que quiera, pero pague sus impuestos, obedezca la ley y no hable de traición cosas.