Es cierto que a veces es relevante hacernos preguntas en los acontecimientos cotidianos de nuestras vidas.
¿Podría haber manejado mejor las cosas con respecto a cierta situación?
¿Puedo organizar mi tiempo de una manera mejor para hacerme las cosas más fáciles?
¿Podría haber ofrecido más ayuda a esa persona que la necesitaba hoy?
- ¿Alguna vez has experimentado algo tan inexplicable que sabías que tenía que ser más que una simple coincidencia?
- ¿Quiénes son algunos intelectuales públicos que las personas podrían desconocer pero crees que merecen más atención?
- ¿Qué hace que algo sea ‘kafkiano’?
- ¿Cuál es el símbolo de Brahman?
- ¿Vale la pena ser rico?
Ese tipo de cosas es un lugar común y una parte integral de nuestras vidas normales.
Pero para llegar a un objetivo de 10 preguntas todos los días, no creo que sea propicio para ayudarlo en absoluto. Le ejercerá una presión innecesaria: ¿qué sucede cuando realmente no puede encontrar una respuesta a todas las preguntas? ¡O puedes encontrar las respuestas incorrectas en algún aspecto!
A veces en la vida creo que es posible cuestionar demasiado. Olvídate de las preguntas en su mayor parte, sigue el flujo de tu vida. Deje que las preguntas, y las respuestas, surjan naturalmente y no piensen demasiado.