A medida que nuestros antepasados, los cazadores-recolectores, comenzaron a desarrollar el lóbulo frontal de su cerebro, permitiéndoles “simular el futuro” pensando, y si esto o aquello, enfrentaran las grandes preguntas metafísicas: de dónde venimos, por qué estamos aquí y ¿Cómo terminará?
La religión era la respuesta natural, ya que tenía un significado divino. Sabíamos que nadie podía ver nuestros pensamientos y, por lo tanto, consistíamos en una parte física y espiritual que ciertamente sobreviviría a nuestra muerte física. Una idea agradable.
Por desgracia, hoy sabemos que las drogas, el trauma o el cuchillo de un cirujano pueden cambiar nuestra personalidad, nuestra “alma”. Parece ser muy físico.
Sin embargo, no elimina el poder de los que dicen: “¡Solo hay un Dios y Él nos habla solo a nosotros, así que haga lo que le decimos, o de lo contrario, se quemará en el infierno para siempre!” … ¡Qué concepto tan asqueroso! !
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La “gran religión de la humanidad” se llama simplemente humanismo. Aquí está la diferencia: para un cristiano, musulmán, comunista o fascista, hay “nosotros y ellos”. Para un humanista, solo hay “nosotros”.
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