La muerte es mala porque a tus antepasados no les gustó. Las personas cuyos ancestros no lucharon duro para mantenerse vivos no llegaron a convertirse en personas. Usted viene de una larga lista de personas que no querían morir.
No necesitas ser un filósofo para temer a la muerte. Haz que la muerte sea aparente para casi cualquier criatura lo suficientemente avanzada como para tener un cerebro, y te hará saber que no quiere morir.
Demonios, las plantas te lo dirán lo mejor que puedan. ¿Crees que una planta de café está produciendo cafeína porque quiere que te vengas? No, es tratar de envenenarte para que no lo comas. Usted acaba de ser más grande que el objetivo previsto.
Se necesitarían mecanismos adicionales para que su cerebro lo apague y diga: “Está bien, ahora estoy listo para morir”. Los seres humanos son prácticamente la única especie que posee ese mecanismo. En todo caso, la pregunta no es “¿por qué es mala la muerte?” pero “¿cómo logramos superar nuestro miedo a la muerte?”
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Ese mecanismo tiene la otra cara. Los animales no pierden el tiempo preocupándose por la muerte. Lo odian cuando se trata de ellos, pero tampoco pasan mucho tiempo cuando no está delante de sus caras. Estos son dos lados de la misma moneda: podemos sacarnos de nosotros mismos. Un buen truco, y muy útil. Nos permite planear para el futuro y ver lo que viene. Podemos evitar la muerte mejor que cualquier especie en el planeta. Pero para muchos, significa obsesionarse con eso. Somos tan buenos mirando el futuro que dejamos de mirar dónde estamos.