Primero debo aclarar mi respuesta distinguiendo entre experiencias religiosas y espirituales.
Mi religión es un conjunto de pautas según las cuales practico el estilo de vida de mi fe elegida.
Mi espiritualidad es mi relación y comunicación (bidireccional) con el Ser Supremo en el que creo.
He tenido muchas experiencias religiosas y espirituales.
Mis experiencias religiosas, en su mayor parte, han consistido en esos momentos de “bombilla” cuando se aprende o viene a internalizar algún aspecto o principio de mi religión que aclara un curso de acción o me ayuda a tomar una decisión importante.
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Mis experiencias espirituales han sido menos “sólidas” en la naturaleza, lo que quiero decir en estos momentos en que he experimentado momentos de claridad o paz o incluso un desafío que inesperadamente me han llegado “de la nada”.
Mi fe particular confirma la enseñanza religiosa de que el Espíritu de Dios vive en mí, no “allá afuera” en alguna parte, y que él es accesible para mí y yo para él 24/7.
“El Espíritu del Señor está trabajando cuando tu corazón te dice cosas que tu mente no sabe”. (Autor desconocido)