No estoy seguro de cuál es el peor, pero aquí hay una interesante anécdota sobre un Prof. Wiener , un filósofo y matemático muy famoso.
Un día, la familia Wiener estaba programada para mudarse a una nueva casa. La Sra. Wiener, consciente de la propensión de su marido a olvidar, escribió la nueva dirección en un papel y se la entregó. Se burló y dijo: “No olvidaría nada tan importante”, pero tomó el papel y se lo guardó en el bolsillo. Más tarde, ese mismo día en la universidad, un colega vino a su oficina con un problema interesante. Wiener buscó un trozo de papel y sacó la hoja del bolsillo para escribir algunas ecuaciones matemáticas. Cuando terminó, arrugó el trozo de papel y lo tiró. Esa noche, recordó que había algo en una casa nueva, pero no pudo encontrar la hoja de papel con la dirección en ella. Sin ningún curso de acción alternativo, regresó a su antiguo hogar, donde vio a una niña pequeña en la acera. “Oye, niña”, dijo, “¿Sabes dónde viven los Wieners?”. La niña respondió: “Está bien, papá, mamá me envió a buscarte”.