Como fortalecer mis propias creencias.

Sigue leyendo y escuchando las cosas que apoyan tus creencias, cierra tu mente a cualquier alternativa y sin duda estarás cada vez más convencido de tus creencias, cualesquiera que sean. ¡Eso no sería algo bueno sin embargo!

Todos tienen la tendencia a notar cosas que apoyan lo que sea que crean para creer y de alguna manera no ven evidencia contraria; Se llama sesgo de confirmación. Llevado al extremo, el sesgo de confirmación lo llevará a una posición en la que nada sacudirá su creencia, incluso si hay una montaña de evidencia disponible que indica que usted está equivocado. Simplemente no verá esta evidencia!

Una manera más sensata de proceder es reconocer que crees algo y luego hacer un esfuerzo para buscar evidencia en contra de tu creencia. Mire esa evidencia tan objetivamente como pueda y evalúe si es suficiente para hacer que modifique o incluso descarte esa creencia. Si después de realizar un proyecto de este tipo de la manera más honesta y objetiva posible, encuentra que hay muy poca evidencia que sugiera su error, ¡entonces eso aumenta la probabilidad de que incluso tenga razón! En cierto modo, esto fortalece su creencia, ya que puede estar satisfecho de haber examinado atentamente las pruebas confusas, de haberlas encontrado deficientes y, de esta manera, haber construido una base epistemológica más sólida.

¡Pero no descanses en tus laureles!

Todas las creencias deben ser provisionales en el sentido de que pueden ser contradichas en cualquier momento por nuevas pruebas; así que sigue buscando!

¿Preferiría tener creencias que sean fuertes porque han sido desafiadas rigurosamente, verificadas, modificadas cuando es necesario y han demostrado ser resistentes a los desafíos? ¿O preferirías tener tus creencias actuales pero defendidas por procesos inconscientes y sistemas externos de racionalización para que la verdad nunca pueda forzarte a cambiarlas?

Dependiendo de cuál sea su respuesta, tiene que seguir dos cursos de acción completamente diferentes.

Ponlos a prueba.

Siempre me apoyé en un dicho que escuché una vez, que era “la fe que no puede agitarse un poco nunca fue fe en absoluto”.

Pon a prueba tus creencias. No puedes poseerlos hasta que hayas actuado sobre ellos y hayas pasado un tiempo pensando y reconsiderando las respuestas a ellos.

hacerlos cumplir, aprender más acerca de ellos, predicarlos, enseñarles