¿Dónde está la línea entre ser terco y ser firme y tener confianza en uno mismo y en sus opiniones?

Se llama ser asertivo. Estas son algunas de las prácticas de una persona asertiva admirable:

No haces cosas espasmódicas, como gritar a la gente, burlarse de ellos o llamarlos nombres, como un presentador de programas de radio.

Escuchas lo que otros tienen que decir y lo consideras.

Si alguien no está de acuerdo contigo, no lo tomas personalmente.

Juegas a la razón, no a la ira.

Las opiniones están bien, pero es útil poder señalar datos que apoyan tu punto de vista.

Practicas el arte de tener ambas convicciones y una mente abierta. Si alguien hace agujeros en su argumento, le da una consideración cuidadosa y hace las revisiones necesarias.

Eres un estudiante de lógica.

No dejas que la emoción pase por tu mente.

Sospechas de los argumentos nihilistas, debido a sus defectos inherentes.

No te permites creer lo que quieres creer. Crees en cosas que parecen verdaderas, basadas en datos y probables. Con valentía te enfrentas a verdades sombrías.

Usted odia el engaño, la paranoia, el pensamiento mágico, la negación y las teorías de conspiración.

Es consciente del sesgo y tiene al menos un conocimiento pasivo de los sesgos, como Lista de sesgos cognitivos: Wikipedia. Usted busca y expulsa el sesgo en sus propios argumentos.

No invocas lo sobrenatural como la “autoridad final”.

No te enamoras de las teorías que se hacen pasar por la ciencia.

Usted lee sus críticos.

Entiendes el método científico y cómo la ciencia debe funcionar.

No tienes miedo de revisar públicamente tu punto de vista. Si lo haces, puedes explicar por qué. No se hace por capricho.

Sabes la diferencia entre defender tu punto de vista y estar a la defensiva. No defiendes lo indefendible.

No recurres al lodo. En particular, no llama a alguien que está en desacuerdo con un “nazi” o “enfermo mental”. No engancha el nombre de alguien a una palabra de insulto, como llamarle “Mentir a Ted Cruz” o “Hillary torcida”. Un caso basado en hechos. No sucumbes al uso de insultos e intimidación. Puedes despertar a la gente, pero no te despabilas o manipulas. No mientes.

Tu credibilidad lo es todo. Si comete un error, lo reconoce y lo corrige.

No eres demasiado serio. Mantienes un sentido del humor.

Eres cauteloso de la especulación.

Creo que la distinción está en tu escucha. ¿Escuchas atentamente puntos de vista alternativos? ¿Considera cuidadosamente dónde podría estar equivocada su posición actual? ¿Está abierto a la posibilidad de que la realidad pueda ser diferente para diferentes personas en diferentes circunstancias? ¿Estás abierto a la nueva información?

Si la respuesta a todas estas preguntas es sí, y aún mantiene firmemente su posición original, entonces está siendo firme, no obstinado.

No hay diferencia en la esencia. Es más en el punto de vista: cuando una persona confiada no abandona un punto de vista, los que no están de acuerdo lo llaman terco.

Terca: No quiero escuchar ningún otro punto de vista.
Empresa: Sí, puedo escuchar otro punto de vista.
Confiado: ¡Oh! Sí, he escuchado muchos puntos de vista.