Hay dos razones clave:
- Los mejores actores británicos están bien entrenados en el Royal Shakespeare Theatre. Están entrenados para desempeñar papeles de carácter . Su entrenamiento se centra en técnicas de voz y respiración. Solo pregúntale a Kathleen Turner. De ahí que sus voces puedan flexionar la sutileza. Pueden citar líneas ordinarias en los versos de Milton. Es difícil detestar a un malvado personaje que no puede citar líneas como la poesía. El hechizo no funciona. Tiene que ser una entrega escalofriante en el tono perfecto de Anthony Hopkins o Christopher Lee. Por eso Hannibal Lector y Hans Landa nos persiguen. Ellos no gritan … solo susurran.
- A los norteamericanos les desagrada el esnob y el intelectual, como observa Joyce Carol Oates. Los principales actores estadounidenses no pueden permitirse el lujo de asumir roles que obstaculizan sus carreras. Leonardo DiCaprio fue la primera opción de Tarantino para interpretar a Hans Landa. Ningún agente en su sano juicio consideraría tal papel para su cliente estrella. Es por eso que Hollywood tiene que llamar a los británicos. Son confiables. Se entregan … cada vez.
- Alan Rickman.
- Christopher Lee
- Jeremy Irons
- Murray McKellen
- Christopher Waltz (sí, es austriaco)