¿Quién hizo el mundo? ¿Y el que hizo el mundo que los hizo?

Nadie hizo el mundo.

Siempre ha sido y siempre será.

Porque, cada y todo es una Inmanencia Indivisible del Todo. Lo que vemos ‘aquí’ no es más que una manifestación transitoria de ‘shakti’ o energía interactiva. Todo esto que experimentamos como el mundo, parece manifestarse durante un tiempo y, de manera similar, se ha ido a la no-cosa-ness de todo: la Infinitud de “esto” y “aquello”.

Como olas jugando al océano. Así similar es la creación.

En la actualidad, nada viene, ni va. Es solo un juego divino de cosas que son. Akin las olas del mar – visto para existir, pero no! Porque, en esencia, no pasa nada. De manera idéntica, este mundo llega a ser, pero por excelencia, ¡no lo es!

¿Aturdido? Bueno, entonces, ve y busca ‘It’. La última verdad. El dios de las cosas pequeñas y grandes. El principio y el final de cada uno y todo. La Realidad Absoluta. Lo ‘real’, entre cosas irreales.

Sin embargo, buscando eso, la ciencia tampoco encuentra respuestas. Ni dios

La metafísica tampoco. Pero la autorrealización metafísica de los librepensadores y buscadores espirituales de un orden superior, como los yoguis, los sufis y las freemisticas, revela que todo lo que sea es un Infinito Indivisible.

Es decir, en esencia, en el nivel central, nada existe como una identidad separada de otra. Cada y todo es lo mismo, y esa “cosa”. Esta Cosa en sí misma es para todo, como el todo de cada cosa.

Esta cosa en sí misma podría decirse que es el Dios de todas las cosas.

Todo ‘esto’ que vemos ‘aquí’ es una fábula ilusoria. ¡Aparentemente visible, debido a la interacción de una ‘cosa’ con la misma ‘cosa’! Como las olas, jugando dentro del océano. Pero en realidad, nada está sucediendo.

Los místicos indios lo llaman ‘maya’. Ilusión divina, creada por el todo para sí misma, pero sin separarse nunca del propio Ser. Siendo una indivisibilidad, del infinito.

Por lo tanto, en la realidad última de las cosas, no hay creación o disolución.

Los iluminados de Oriente nos enseñan que al final, toda la materia, el espacio y el tiempo se “ven” indivisiblemente. Como un todo. Una inseparabilidad.

¡No hay ‘convertirse’ como tal!

Ni uno, ni más que un ‘Uno’. Pero aparentemente así lo hace. Akin lo mundano pero el magnifico fenómeno del torbellino. Ahora visto, entonces puf! Se ha ido De nuevo lo invisible. Siempre que lo que ha sido.

La ciencia ha progresado en la medida en que ahora comprende que, en un nivel cuántico, no hay una separación “real” de la materia, de una cosa de otra. Y eso si, aparentemente, tal división es, es solo un fenómeno, no la realidad. Porque, en la esencia central, nada sucede. En la actualidad. Todo es una ‘ilusión persistente’, como lo expresa Einstein.

Sin embargo, los científicos no han podido atrapar esta ‘cosa en sí’. Los teístas, los estratos inferiores de los buscadores, nunca encuentran el “Eso” de las cosas. La ‘partícula de dios’. O Dios, como tal.

Los así llamados hombres-dios y mesías del isismo autonombrados pueden ser testigos de algunas visiones creadas por la mente, impulsadas por sus verdades culturales heredadas. Pero estos acontecimientos no ocurren, en realidad. Son una falsificación.

Tal ilusorio “avistamiento” aquí y allá, no es Dios.

Por lo tanto, no es el alfa o el omega. Sin embargo, estos engañados flotan las religiones. Así, la humanidad viene a ser otorgada con dioses despóticos. Pues eso es lo que son estos inflados. Su conocimiento incompleto del reino paranormal los deja irreparablemente frágiles y fracturados. En sus cabezas. Sin obtener ‘It’. El Absoluto de las cosas. Desafortunadamente, por el sigilo y la espada, algunos de ellos se convierten en nuestros jefes religiosos.

La falsedad así se hace piedad.

Así, la gente viene a adorar a los dioses falsos. De la irrealidad. Y un número considerable entre nosotros se vuelve loco. O convertirse en ateos, con muchos peros! Y el resto de la humanidad se pregunta lujuriosamente, o vaga indiferentemente a lo largo de la vida. Sans the Eternal Answer. Acerca de ‘Qué es’.

En pocas palabras, la mayoría de nosotros vivimos y morimos sin entender que todo esto “aquí” es un espejismo metafísico. Y es solo ‘maya’, un juego divino ilusorio de ‘That’ Which Be. Que todo es una Unidad Divina. Es la eternidad. No vengas ni te vayas.

Ni se hace, ni se deshace.

¡Siempre para siempre! ~ _ ~