La madurez se trata de la forma en que actúas e interactúas con el mundo que te rodea. Un individuo maduro encarna varios rasgos que los distinguen de los demás. Una selección de 15 de tales rasgos se discuten a continuación 1. Conciencia de sí mismo
La madurez crece a partir de una semilla de conciencia; una conciencia de sí mismo y de las acciones que tomas.
Ser consciente de sí mismo significa que puedes mirarte a ti mismo a través de los ojos de un observador. Puede adoptar una postura algo neutral para observar sus pensamientos, acciones y emociones antes de aplicarles un filtro racional.
Esencialmente, la autoconciencia consiste en desarrollar una comprensión de su personalidad; sus fortalezas y debilidades, su potencial y limitaciones, y cada pequeño matiz.
2. Autocontrol
Una vez que haya establecido una sólida conciencia de sí mismo, estará mejor posicionado para ejercer un grado de autocontrol.
Una persona madura está mejor situada para mostrar moderación hacia las cosas que podrían ser perjudiciales para su bienestar a corto o largo plazo. Pueden triunfar sobre algunos de los comportamientos más autodestructivos reconociéndolos por lo que son.
3. Responsabilidad
Cuando alcanzas un cierto nivel de madurez, comprendes la gran responsabilidad que es ser humano. Usted acepta que todos somos responsables de nuestras propias elecciones y del impacto más amplio que puedan tener en el mundo.
La creencia de que las cosas te suceden se ve erosionada y reemplazada por una mentalidad proactiva que comprende las consecuencias de tus acciones. Ya no vivirás pasivamente entre el mundo; toma medidas para cambiar tu situación cuando sea necesario para que puedas vivir conscientemente.
4. humildad
Aunque aprecias la importancia de cada decisión que tomas, sigues siendo una persona humilde y modesta.
Nunca te consideras por encima de los demás, independientemente de tu estado, riqueza, poder o influencia. Usted sabe que, cuando se trata de eso, todos nacemos iguales y todos morimos iguales. Se abstiene de dejar que cualquier éxito personal vaya a su mente y trata a las personas de manera justa y respetuosa, independientemente de la capacidad en que se encuentre.
5. Autoaceptación
Las personas maduras pueden aceptarse por lo que son; practican la bondad incluso ante sus defectos.
Puedes tratar de mejorar y crecer como individuo, pero la madurez te permite tomar tu situación presente y todos los eventos pasados que la han llevado y hacer las paces con ellos. Solo cuando puede aceptar dónde se encuentra ahora puede planificar su camino hacia el futuro.
6. Gratitud
Junto con la aceptación de uno mismo, viene un sentimiento de gratitud por todas las cosas maravillosas que existen en su vida. Desarrolla la capacidad de ver los inmensos beneficios y el valor de lo grande y lo pequeño.
Estás agradecido por las personas con quienes pasas tu tiempo, las necesidades básicas que se satisfacen a diario, las experiencias que disfrutas y el don de la vida en sí. Nunca das las cosas por sentado porque aprecias que no todos son tan afortunados.
7. la compasión
Un efecto secundario de estar agradecido es que sientes más empatía y preocupación por los demás. Un alma madura no puede dejar de desear a los que están a su alrededor y tratar de ayudar de la manera que puedan.
Están más en sintonía con la interconexión de todo y así sienten el dolor de los demás como si fuera propio. Esto los lleva a la caridad de todo tipo, ya que buscan difundir el amor y la positividad en toda la sociedad. Son donantes entusiastas que rara vez buscan recompensa o reconocimiento por la amabilidad que muestran.
8. Estar centrado en el otro
La compasión es solo una parte de un enfoque más general de la vida que las personas emocionalmente maduras adoptan.
En lugar de la separación que se obtiene al poner sus propios intereses en primer lugar, está decidido a hacer todo lo posible para promover la unidad y la unidad. Usted celebra el éxito de los demás y acepta movimientos que buscan mejorar el bienestar de todos y no solo de los privilegiados.
Esto se opone a los celos, la envidia y la autopromoción que a menudo fluyen a través de individuos inmaduros.
9. La apertura mental.
La madurez rompe las barreras mentales y abre un sentido de liberalismo en un individuo.
Ya no ves las cosas como blanco y negro o correcto e incorrecto. Su mente está abierta a muchas ideas y opiniones, y no juzga a quienes podrían pensar de manera diferente o elegir vivir de maneras que no le son familiares.
También permite que sus creencias se suavicen a fin de aceptar la posibilidad de que pueda confundirse a veces. No tiene hechos en tan alta estima, pero se da cuenta, en cambio, de que hay una gran cantidad de incógnitas en el mundo.