Es una combinación de varias cosas. Una es una larga tradición de educación y habilidades. Bajo la reina Salomé (141–67 aC), Judea fue el primer país en implementar la educación universal obligatoria. Esto significaba que los judíos tenían una tasa de alfabetización cercana al 100% siglos antes que otras personas. Compare dos familias inmigrantes de Europa que llegaron a la isla Ellis en 1890. Una es judía, la otra es italiana o irlandesa. Tanto pobres como residentes, pero la familia judía insistirá en que sus hijos estudien mucho, se gradúen de la escuela secundaria con calificaciones que les darán una beca universitaria. La otra familia estaría igual de feliz si un niño obtuviera un trabajo a los 15 o 16 años y comenzara a ganar. Como resultado, nos educamos a nosotros mismos para salir de la pobreza una generación más rápido que otros inmigrantes que llegaron al mismo tiempo.
Nuestra religión también juega un papel importante. Durante más de mil años (toda la Edad Media y el período medieval), la Iglesia fue la policía del pensamiento. El cristianismo es una religión basada en la fe, su credo central es la fe en Jesucristo, el hijo de Dios. Consideraba cualquier pensamiento no cristiano como un pecado, y la Iglesia temía el no conformismo. Cualquiera que pensara creativamente estaba en peligro de ser declarado hereje o bruja, lo que significaba una muerte prolongada y dolorosa. De acuerdo con el catolicismo (y algunas otras doctrinas cristianas) simplemente pensar que Dios podría no existir, o que Cristo podría no ser realmente su hijo es un pecado mortal. Solo pensar en el sexo antes del matrimonio, o fuera del matrimonio es pecaminoso. Esto crea una cultura de culpa y miedo al pensamiento creativo. Los judíos nunca tuvieron eso. El judaísmo no es una religión basada en la fe. Para nosotros lo que importa es lo que haces, no lo que piensas. Todo lo que se requiere en el departamento de fe es creer en un Dios todopoderoso y totalmente abstracto. Ser ateo no es pecado en el judaísmo. Solo pecas si realmente te conviertes a una religión pagana o si adoras a un ídolo. Esto significa que no encontramos nuestras actividades intelectuales inhibidas por una cultura de culpa y miedo. Esto explica nuestras habilidades para innovar. La combinación de la alfabetización universal y el respeto por la educación con una mentalidad que no inhibe las preguntas y las dudas, y no desalienta el pensamiento innovador fuera de lo común, nos ha dado una gran ventaja intelectual.