Bueno, hay varias cláusulas a esto:
- En general, una persona parece estar satisfecha con una respuesta si se aproxima a la expectativa de la persona que ha formulado la pregunta.
- A veces hacemos una pregunta, solo para saber la opinión de uno. Si la opinión coincide con la nuestra, estamos contentos y contentos, si no, tendemos a defender nuestra parte del argumento con numerosas discusiones.
- A veces, nuestro estado mental puede no ser lo suficientemente estable como para aceptar una respuesta y es posible que nos molestemos o irritemos fácilmente con cualquier cosa que la persona conteste. Bueno, en ese caso, deberíamos callarnos por un tiempo.
- La felicidad es un estado mental y, a veces, no importa cuán perfecta sea la respuesta, es posible que no estemos de acuerdo.
- Y por último, lógicamente, si todos los puntos de un argumento expuesto son técnicamente atendidos, sería una respuesta perfecta. Por eso debemos ser felices.