El cinismo se originó como una filosofía de desapego del deseo convencional. Los cínicos enfatizaron vivir una vida simple, virtuosa y natural.
Una parte de esta filosofía se centró en cuestionar continuamente las costumbres y costumbres pensadas para promover vicios como la codicia y el deseo de poder.
Con el tiempo, esta sospecha continua de poder y el supuesto egoísmo de los demás se convirtió en el rasgo principal recordado del cinismo.
En el siglo XIX, el término perdió su estatus propio y se convirtió en cinismo.
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De esta forma, la palabra llegó a significar una especie de endurecida y cansada sospecha mundial de todo. Se perdieron la simplicidad y la naturaleza.
La imagen del cínico moderno ganó una nota de romanticismo a mediados del siglo XX con la popularidad de los valientes antihéroes de la pulp fiction.
El cínico se convirtió en Humphrey Bogart, de ojos pesados, que miraba bajo su pesado sombrero de fieltro.
Pero considere la utilidad de cada idea. El cinismo es un camino hacia la sabiduría. Pero el cinismo es solo una insensibilidad del alma. Un cierre de experiencia.