Aquí están mis creencias:
Tu vida no comenzó al nacer y no terminará con la muerte. Antes de venir a la tierra, tu espíritu vivía con el Padre Celestial que te creó. Lo conocías, y Él te conocía y te amaba. Fue un momento feliz durante el cual le enseñaron el plan de felicidad de Dios y el camino hacia la verdadera alegría. Pero así como la mayoría de nosotros abandonamos nuestro hogar y nuestros padres cuando crecimos, Dios sabía que necesitabas hacer lo mismo. Sabía que no podías progresar a menos que te fueras por un tiempo. Entonces Él te permitió venir a la tierra para experimentar la alegría, así como el dolor, de un cuerpo físico …
Eso no significa que Él espera que seas perfecto. Él sabe que no lo serás. Pero Él espera que mientras estés aquí en la tierra intentes lo mejor que puedas para ser más como Él y que aprendas y crezcas de tus errores. Cada vez que tomas una mala decisión con consecuencias dolorosas, esa decisión lleva a la infelicidad, a veces de inmediato, a veces mucho más tarde. Del mismo modo, elegir el bien finalmente te lleva a la felicidad y te ayuda a ser más como el Padre Celestial …
La verdadera felicidad viene de seguir el ejemplo de Cristo y desarrollar atributos divinos como la bondad, el amor, la justicia y la misericordia. Viene de servir a otros y ayudarlos a seguir el ejemplo y las enseñanzas de Jesucristo. Proviene de vencer los apetitos de nuestros cuerpos humanos y, en cambio, de seguir los impulsos del Espíritu. Proviene de trabajar duro y tener un estilo de vida saludable, amigos, familiares y logros personales. Independientemente de lo que haga o no tenga en esta vida, su felicidad más profunda y duradera vendrá al conocer el plan de Dios y seguirlo.
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– El plan de salvación de Dios
Sé que a medida que aplique y viva las verdades que he aprendido, estaré más preparado para regresar a mi Padre Celestial para vivir con Él nuevamente.