La opción de revivir tu vida una vez más es bastante tentadora. Si vuelvo a pensar, ha habido muchos casos en los que quise inventar la máquina del tiempo para poder volver a un determinado momento de mi vida y revivirla de una manera diferente o exactamente opuesta. Hay muchas cosas que prevalecen en mi vida a las que no quería acostumbrarme ni anticipé que en el camino serán absolutamente necesarias.
Constantemente caminamos por el castillo de esperanzas y sueños dentro de nuestra cabeza, pero debido al mundo que nos rodea, seguimos rediseñándolo para cumplir con los requisitos del tiempo y la gente actuales. Entonces, en algún momento del tiempo, o bien nos perdemos con nuestros pensamientos, comenzamos a soñar despiertos con una hada de cola y vivimos en la ilusión o nos hacemos más y más fuertes, trabajando para que el castillo no lleve nuestras cabezas al plano físico.
No importa en qué medida a lo largo de la línea de crecer y volver a comprender el mundo o la vida en general, es una ecuación constante que nunca alcanzará el equilibrio. Por lo tanto, es natural tener un deseo de revivir aquellos momentos que realmente no fueron vividos realmente de nuestro corazón, pero el corazón tiene una sed que nunca se puede apagar con algo o algo, nuestros deseos definen nuestro destino y de estos deseos crecemos. Emociones, voluntad y cualquier otro aspecto de nuestra alma.
Pero si cada deseo humano se cumple, el significado de la lucha, el conocimiento y la mayoría de las cosas mundanas perderán su valor.
- ¿Qué es lo mejor que has visto hoy?
- ¿Cuál es la cosa más engañosa en la vida que las personas deben tener en cuenta?
- ¿Qué te ha enseñado la vida recientemente?
- ¿Te arrepientes de ser una niña?
- Si pudieras llamarte hace 10 años y tuvieras 45 segundos, ¿qué dirías?
Ahora, respondiendo a su pregunta, porque los deseos son la fuente para alimentar mi constante deseo de conocimiento y comprensión de mí mismo y del mundo que me rodea, preferiría vivir con este deseo insatisfecho de revivir mi vida, de modo que al recordar mis momentos de duda, comportamiento, errores, miedo y felicidad, mi voluntad se volverá aún más fuerte para aceptar todo el dolor que está esperando que llueva sobre mí, no voy a escapar del destino de mi destino, lo enfrentaré como las montañas esperan para la tormenta