Este es uno de los chistes favoritos de mi madre. Se trata de Kal y Osborn, dos personajes que a menudo aparecen en los chistes de Gotemburgo. Al decirlo en sueco, debe usar un acento de Gotemburgo, pero eso no se traduce al inglés, por lo que omitiré esa parte. (La mayoría de los chistes de Gotemburgo se basan en juegos de palabras que obviamente se traducen incluso peor que los acentos, pero no este).
Kal y Osborn estaban caminando por Avenyn (la avenida, la calle principal de Gotemburgo) cuando Kal dijo: “Conozco a todos en el mundo y me conocen”.
“No lo creo por un minuto”, respondió Osborn.
“Déjame mostrarte entonces”. En ese momento se encontraron con el capitán del puerto, y Kal dijo “¡Buenas tardes, capitán del puerto, Johansson!” y el capitán del puerto respondió: “¡Y muy buenas tardes para ti, Kal!”
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“Ahí tienes”, le dijo Kal a Osborn cuando continuaron caminando. “Conozco a todos en el mundo entero y ellos me conocen”.
Osborn no estaba convencido. “Quizás aquí en Gotemburgo, pero no en todas partes”.
“Déjame mostrarte entonces”. Entonces tomaron el tren a Estocolmo y, mientras caminaban por Drottninggatan, se encontraron con el primer ministro Erlander. “Buenas tardes, señor Erlander”, dijo Kal, y el primer ministro respondió: “¡Y buenas tardes a usted, Kal!”
“Ahí tienes”, dijo Kal mientras continuaban caminando. “Conozco a todos en el mundo entero y ellos me conocen”.
Osborn todavía no estaba convencido. “Quizás aquí en Suecia, pero no en todas partes”.
“Déjame mostrarte entonces”. Entonces tomaron un avión a Roma y fueron al Vaticano. En la plaza de San Pedro, Kal le dijo a Osborn: “Solo espera aquí y saldré al pequeño balcón con el Papa. Quizás entonces me creas”.
Así que Kal se fue y Osborn esperó, y después de unos minutos Kal apareció en el balcón con el papa. Entonces Osborn escuchó a dos musulmanes hablando entre sí detrás de él, y uno de ellos le dijo al otro:
“Ese viejo viejo de blanco allá arriba, el de Kal, ¿quién es ese?”