Martin Scorsese es un ícono estadounidense. Si alguna vez hubo un director estadounidense por excelencia que capturó a Americana tan bien durante toda su carrera, sería Martin Scorsese.
Calles malas. Conductor de taxi. Toro furioso. El rey de la comedia. El color del dinero. Goodfellas Casino. Bandas de Nueva York. El aviador. Los difuntos. Hugo Y ahora, El lobo de Wall Street .
Y lo mejor de todo, sus películas trascienden las fronteras geográficas. El público internacional puede vislumbrar la interpretación de Scorsese de América, y más allá de eso, generalmente son historias interesantes y convincentes con personajes atractivos y convincentes.
Las historias que cuenta son a menudo tragedias, que muestran el inframundo de la sociedad o la parte más vulnerable de la alta sociedad, ya sean mafiosos, íconos de Hollywood, brutos o ricos y poderosos. Y no hay nada más atractivo que ver a un personaje subir y bajar. Su éxito nos atrae, vivimos indirectamente a través de ellos, y luego podemos volver a nuestro juicio moral mientras los vemos fracasar. No es diferente de cómo nuestra sociedad a menudo considera a los ricos y famosos, por lo que la naturaleza convincente de estas historias está incrustada en nuestra psique y ADN.
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Tome el lobo de Wall Street como un excelente ejemplo. Nos intoxicamos con el éxito de estos personajes y luego, cuando tal vez se nos ha demostrado que el dinero no lo es todo, podemos retroceder y juzgar a estos personajes a medida que caen. Nos sentimos mal por ellos porque han sido humanizados, pero rápidamente aprendemos el error de sus formas y, por lo tanto, apreciamos dónde estamos en nuestras vidas, sin la fama, la fortuna o las emociones.
Scorsese es un gran narrador de historias. Llano y simple. Se rodea de talentosos moldes. Es un verdadero artesano detrás de la cámara. Sus cámaras se convierten en un personaje, ya sea que estén rastreando, sin cortar, a través de una habitación o varias habitaciones o mientras permanecen estáticas, observando las emociones de un personaje.
No tiene miedo de ser provocativo, brutal y completamente violento. PERO, él no hace de eso su marca registrada. La violencia es siempre una extensión de la historia y el personaje, no una muleta, por el valor del choque o el estilo (Quizás la última diferencia entre él y Quentin Tarantino).
Él es Martin Scorsese. Un pionero en el cine contemporáneo. Cambió la forma en que se hicieron las películas y cómo se contaban las historias cinematográficas. Él fue y siempre será una de las “barbas” … esos pioneros cinematográficos que cambiaron la película.