Su pregunta hace algunas suposiciones que deben separarse antes de que pueda responderlas.
Primero, a la evolución no le importan las civilizaciones. Se trata de la persistencia de los genes. Si algunos individuos y grupos familiares tienen descendencia viable, y otros no, entonces esos genes tienen éxito. No importa si persiste algún imperio o dinastía. Los cangrejos de herradura no tienen imperios, pero son increíblemente exitosos, según los estándares evolutivos.
En segundo lugar, es difícil decir de su pregunta lo que define como “conciencia”. Voy a asumir que incluye las cualidades de la autoconciencia y el juicio propio, que requieren un cerebro complejo, una memoria muy buena y una capacidad para piense en abstracto, es decir, piense en cosas que nunca fueron, o podrían haber sido, o podrían estar en el futuro, o podrían nunca ser.
Según esa definición, la conciencia humana es tremendamente exitosa. Nos ha permitido expandirnos por todo el mundo en tan solo unos pocos miles de años, criar con gran éxito (es decir, más descendencia que reemplazo, durante esos miles de años), criar a nuestros jóvenes con una buena posibilidad de que cada niño madure y se reproduzca, (es cierto solo en algunos países, y solo durante los últimos 150 años aproximadamente), y evite la depredación de casi cualquier criatura más grande que un microbio, salve nuestra propia especie.
Pero en tercer lugar, este gran éxito, si no podemos controlarlo, puede deletrear fácilmente nuestra perdición. Creo que este es el problema que estás describiendo.
Volviendo a su pregunta: la evolución requiere descendencia, pero también exige verificaciones y saldos. Si una especie logra reproducirse libremente y no está controlada por los depredadores, entonces obviamente se comerá fuera de casa y hogar. A la evolución no le importa este último problema de éxito no comprobado, solo busca la supervivencia a corto plazo para producir la próxima generación. Es un auto sin equipo neutral, y sin marcha atrás.
Confiar en la evolución para resolver este problema humano dependerá de algún tipo de desastre para disminuir nuestro apetito voraz por más alimentos, refugio, seguridad, estatus, territorio y, sobre todo, más descendientes (como especie). Ninguno de esos desastres son tolerables, y van desde plagas hasta extinciones masivas hasta la contaminación de la ecosfera a gran escala.
Los animales que carecen de la calidad de la conciencia también encuentran (y han causado) estos desastres. No tenían las herramientas para percibir y evitar las calamidades.
Pero lo hacemos. Nuestra conciencia nos ha permitido evitar los peligros mundanos de las enfermedades y los depredadores. Esperemos que podamos adaptarlo para salvarnos de nosotros mismos también.