El amor es el más grande porque ningún individuo es una isla. Debemos relacionarnos con las personas que nos rodean y fuera de nuestro círculo. El amor es mayor porque colorea nuestra percepción de los demás y de la humanidad en general.
Para tener relaciones efectivas, primero debemos amarnos a nosotros mismos, luego expresar este amor hacia los demás cuando nos encontramos con ellos, y esto, para que podamos permanecer sanos y en paz con nosotros y con la naturaleza. La perdición del mundo de hoy es la falta de amor. Las personas carecen de amor por sí mismas y, por lo tanto, expresan lo que saben, odio. Si te amas a ti mismo, sabrías qué se siente si te lastiman y no querrás lastimar a los demás. El dicho “Ama a tu prójimo como a ti mismo” en realidad asume que te amas a ti mismo. Cuando interactúas con personas que cometen delitos contra otros, te das cuenta de que luchan fundamentalmente contra el mal del odio inherente hacia ellos mismos. Luchan con los demonios dentro de ellos y se golpean repetidamente. Es una guerra que continúa en sus mentes y eso es lo que expresan.
Por otro lado, la fe y la esperanza son atributos que asumimos o adquirimos para avanzar. No depende de los demás, a diferencia del amor. Entonces, si no expresas amor hacia los demás, es probable que las cosas salgan mal porque puedes maltratarlos y herirlos. Pero si no expresa fe y esperanza hacia los demás, lo más probable es que no tenga efecto en ellos.