Yo era uno de esos niños que visitaban la casa de sus abuelos solo durante las vacaciones. Sorprendentemente, cuando miro hacia atrás a mi infancia, una gran parte de mis recuerdos giran en torno a las vacaciones, mis abuelos y primos.
- Recuerdo el gran árbol de mango situado justo enfrente de la casa y cómo nosotros, como niños, tratamos de subir a su cima.
- Recuerdo el porche frente a la casa donde mis primos y yo jugábamos al cricket.
- Recuerdo los días festivos en que los niños nos sentábamos en el suelo y servíamos comida en hojas de plátano.
- Recuerdo que mi mamá y mi tía nos obligaron a que nos mostráramos reacios a nosotros, que no queríamos dejar de jugar para ir al templo por la noche.
- Recuerdo los juegos pequeños, ingeniosos y muy nativos que jugábamos mientras estábamos allí.
- Recuerdo las historias que mi abuela solía contarme y los dulces que mi abuelo solía traernos por la noche.
- ¡Más que nada, recuerdo a mis abuelos, el amor y la felicidad en sus ojos al vernos, el placer genuino con el que nos recibieron y su tristeza al vernos partir!