La conciencia es / podría ser:
Un cerebro, cualquier cerebro, tiene la capacidad de asimilar información y producir una decisión que ayude a preservar la existencia continua de esas entidades. Si no fuera así, no existiría en primer lugar, al menos no como un animal … tal vez una planta podría sobrevivir porque, en la mayoría de los casos, es solo un proceso químico altamente complicado. Entonces, ¿cómo, y en qué punto, el cerebro llega a ser consciente de sí mismo?
En la mayoría de los seres vivos, un organismo se desarrolla / evoluciona de maneras específicas para ayudar a asegurar su existencia continua. El cerebro no está exento de este proceso, y con los miles de millones de neuronas que crecen y se conectan dentro del cerebro, las posibilidades de disposición y desarrollo son casi infinitas. Sin embargo, en una estructura cerebral comparativamente simple, la existencia de lo que consideramos conciencia de uno mismo probablemente no existiría. Para que haya conciencia, debe haber una condición extendida en el desarrollo de la estructura del cerebro. Entonces, ¿cuál es esta diferencia? Cualquier masa que se considerara un cerebro significativo tendría la asombrosa capacidad de tomar información de sus muchos sentidos y, quizás junto con la memoria almacenada, de tomar decisiones. Un cerebro “consciente” también tendría que haber creado una nueva conexión sensorial que observaría, no el ambiente exterior, sino el ambiente interior que estaba ocurriendo dentro de la parte del cerebro que no se percibe a sí misma. Estas conexiones neuronales altamente desarrolladas se utilizan de tal manera que solo analizan el proceso general de toma de decisiones de la parte más primitiva del cerebro. En otras palabras, el cerebro primitivo analiza la entrada externa, mientras que las regiones / conexiones cerebrales más desarrolladas tienen la capacidad de analizar únicamente el proceso de toma de decisiones / salida de la región cerebral más elemental. Este es un proceso en bucle donde las percepciones más altas y más refinadas también se vuelven a analizar / reconsiderar, y donde el cerebro se dirige a buscar más razones para tomar una decisión en particular. Un proceso que podríamos considerar el análisis de “por qué estoy haciendo esto”. En total, este proceso resulta en lo que percibimos como una conciencia de los propios pensamientos / existencia. Es un “debate” en curso dentro de uno mismo … un proceso aparentemente bicameral en el que nuestros pensamientos en un momento pueden estar en conflicto con nuestros propios pensamientos solo unos momentos más tarde después de algunos bucles más en el proceso mental secundario.
La “percepción” en sí es algo extraño. El cerebro tiene la curiosa capacidad de crear una realidad percibida que nos ayuda a existir. Como ejemplo, la capacidad de nuestro cerebro para crear una imagen continua de nuestro entorno a partir de la información sensorial que llamamos vista, es una hazaña increíble en sí misma. Pero, lo que se agrega a esta capacidad sensorial es el sentido / sentimiento que realmente vemos en los objetos que percibimos. Sin embargo, en realidad, nuestros sentidos están restringidos a solo captar la energía de la luz que llega a nuestros ojos. No vemos más allá de la superficie de nuestros ojos, y la sensación de volumen o espacio que creemos que vemos es solo una ilusión creada dentro del cerebro mismo. Esta realidad con respecto a la creatividad del cerebro podría ayudar a comprender cómo la capacidad del cerebro para analizar su propia producción podría dar lugar a la sensación de autoconciencia.
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