¿Qué historia puedes compartir con nosotros de una experiencia que tuviste con una persona ignorante?

Hace muchos años, cuando vivía en Hong Kong, trabajé en servicios al cliente para una empresa de mudanzas. Se me encomendó visitar a las personas mientras se preparaban para mudarse de Hong Kong a otros condados, ayudándoles a completar los formularios y aconsejándoles sobre las regulaciones de aduanas del país al que se mudaban.

Se organizó un movimiento para un expatriado estadounidense que se mudó de Hong Kong a Australia. Este era un individuo odioso, que trataba a los empacadores que trabajaban duro como si fueran más bajos que la suciedad de los zapatos. En ese momento era una mujer joven y atractiva (incluso si yo mismo lo digo), por lo que su actitud hacia mí era un poco más cálida, pero de una manera un tanto viscosa y lagartija de salón.

Cuando miré alrededor del apartamento, noté que había algunas discrepancias entre lo que estaba en el formulario y lo que estaba esperando para ser empacado. Había adornos de marfil, adornos hechos de colmillos de morsa, cabezas de monos encogidas y similares. Al confundir mi atención con estos artículos como admiración por ellos, el hombre comenzó a jactarse de sus viajes y de lo perezoso, sucio, estúpido, poco atractivo o sobornable que encontraba a los ciudadanos de los diferentes países que había visitado.

En realidad, dije, no. Me preocupa que no puedas llevar estos productos animales a Australia. Ya había sido informado de esto por nuestra oficina, por lo que no debería haber sido una sorpresa. De todos modos, este ignorante amigo de un hombre precedió a insultarme a mí, al equipo de embalaje y a todo Hong Kong porque, obviamente, no comprendíamos lo importante que era que se le permitiera llevar su colección sangrienta de partes de cuerpos de animales a Australia.

Su diatriba continuó por un tiempo y finalmente, dije, está bien, entonces esto es lo que podemos hacer. Hice que el equipo de empaque hiciera un par de cajas para el chico y le dije que él mismo podía empacar sus artículos preciosos, pero que ni yo ni ningún miembro del equipo firmarían las cajas. En su lugar, se marcarían PBO – Empaquetado por el propietario.

Murmuró y nos maldijo por el resto de la tarde, pero finalmente su envío estaba listo para irse y sus cajas de PBO se guardaron en el contenedor con el resto.

Lo último que hice esa tarde fue llamar a la oficina y decirle a mi supervisora, Kelsey, que el imbécil estaba llevando contrabando a Australia en cajas de PBO para que ella pudiera hacer una nota en el expediente para los tipos personalizados en Australia.

Espero que la multa fuera enorme.