Dejame contarte una historia:-
Érase una vez en una tierra lejana vivía un hombre muy rico. Tenía muchos negocios y todo lo que tocaba se convertía en oro. Era un buen hombre y ayudó a muchas personas en el camino, porque no podía soportar la vista de nadie que sufriera. A medida que crecía, comenzó a sentirse solo. Toda su vida estuvo tan ocupado, construyendo su imperio, que olvidó vivir su vida. Ahora tenía todos estos negocios exitosos y todo el dinero del mundo, pero no tenía con quién compartirlo.
No sabía por dónde empezar, por lo que contrató a un equipo de expertos con especificaciones específicas para encontrar a la esposa perfecta. No pasó mucho tiempo antes de que hicieran una lista. Estaba terriblemente emocionado, así que organizó entrevistas con los mejores candidatos … PERO estaba decepcionado con la mayoría de estas mujeres. Ninguno de ellos era tan perfecto como él quería que fueran.
Pronto se deprimió mucho. Estaba tan acostumbrado a conseguir todo lo que quería, que no podía entender por qué no podía encontrar a la mujer adecuada. Se centró tanto en encontrar a la esposa adecuada, que perdió el enfoque en el resto de su vida. Sus negocios comenzaron a sufrir, y él comenzó a perder dinero.
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No pasó mucho tiempo antes de que perdiera todo su dinero y sus negocios. Incluso perdió su casa y todo por lo que trabajó tan duro durante toda su vida. Tenía que irse a vivir a un refugio.
Se convirtió en un miserable gruñón y murió como un hombre solitario y pobre. A nadie le importaba lo suficiente como para ir a su funeral.
Moraleja de la historia:
1. Enfócate constantemente en el equilibrio en tu vida. Encuentra un equilibrio entre el trabajo y el juego.
2. A las personas buenas también les pasan cosas malas.
3. No hay tal cosa como una mujer perfecta.
4. El dinero no puede comprar la felicidad.
5. Aprecie a las personas en su vida, de lo contrario, también será enterrado solo.
6. ¡No siempre puedes conseguir lo que quieres!
Decídete a ti mismo.
Todo lo mejor.